Prevención: con tratamientos terapéuticos y/o educativos diseñados para prevenir o mejorar posibles alteraciones o una deficiencia ya existente en niños de alto riesgo. El tratamiento comienza desde el nacimiento con orientación específica a los padres, desarrollando programas preventivos a través de los padres para la estimulación temprana, teniendo en cuenta el criterio de la Plasticidad Cerebral.

 

Evaluación: detectar, valorar y describir los trastornos y las conductas lingüísticas alteradas para establecer el tratamiento más adecuado para cada niño o adulto.

 

Intervención directa: todas las actuaciones dirigidas a desarrollar habilidades para la comunicación. Para instaurar, desarrollar, recuperar o rehabilitar las conductas deficitarias, deterioradas o inexistentes, tanto en patologías del lenguaje como de habla y voz.

 

Intervención Indirecta. Este tipo de intervención se basa en la orientación mediante pautas comunicativas adecuadas dirigidas a la familia como agente de intervención. Otra función de éste área de intervención es prestar apoyo emocional a la familia. Por esta razón debe existir una interrelación continua entre los distintos profesionales que componen el equipo multidisciplinar y las personas más cercanas al niño.